UNA
FABULA MEDIEVAL
Sonriente un
Señor Feudal
Bajó a la
plaza del pueblo.
Puso la mano
en el hombro
De campesinos
y obreros...
-¡Vengan a
vivir conmigo!
-Les haré en
el muro un hueco
A la orilla
del palacio
Cerca de los
privilegios
De aquellos
que como yo
Tenemos valor
y mérito.
-Trabajar...
trabajaran
Sin mezquinar
sus esfuerzos
Sin corruptos
sindicatos
Hasta que
lleguen a viejos.
Porque hay
que pagar mis fiestas
Les subiré
los impuestos
Los costos y
las tarifas
Y los valores
del diezmo.
Reduciremos
la sopa
A media papa
y a un hueso.
Mas de barrios
descastados
Les
prometo... estarán lejos.
Mis gendarmes
cada noche
Nos traerán
un pibe preso.
¡El feudo
será FELIZ!
Pobreza cero
prometo
No habrá
juicios laborales
Que detienen
el progreso,
Pediré plata
prestada
Que total yo
no devuelvo.
Los pobres
tendrán su sitio
Cuando se
marchen al cielo
Junto a Dios
que ya nos dijo
Algo parecido
a eso.
Pero acá
abajo en el mundo
Mandamos los
Caballeros.
Privatizaremos
todo
Que lo de
ustedes es nuestro
Pagaran por la
salud
Se jubilarán
muuuuuuy viejos
Vivirán
arrodillados
En mi
castillo, en un hueco
Y sintiéndose
distantes
De los
arrabales negros.
Fue así que
se fueron muchos
A encogerse
en ese hueco
En el muro
del castillo
Del Señor
Feudal risueño
Que puso la mano
al hombro
De campesinos
y obreros.
Mas también
hubo unos cuantos
Que solo
hicieron silencio
Un instante,
sorprendidos
De la
decisión del pueblo.
Los artistas
trashumantes,
Los cantores
con sus versos,
Los poetas
libertarios
Los
laburantes en serio,
Se reunieron
en el bosque
Con sabor
amargo, feo
Las mujeres
del coraje
Solidario,
sabio, inmenso
Todos los que
no creían
En las leyes
de los feudos.
Encendiendo
un fogoncito
Una esperanza
encendiendo
Que colorín
colorado
Acá no
termina el cuento.
-por mis
hijos- Dijo alguno
Vamos a
empezar de nuevo..
A resistir.
Mientras muchos
Se agachaban
en el hueco
Del muro de
aquel castillo
Que tenía el
señor del feudo.
Pablo Solo
Díaz, 23 de Octubre 2017
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