PRESENTACIÓN
Con la
milonga sencilla
De galope
corto y mansa,
Enredada con
las cuerdas
El temple y
la voz ingrata,
Acaricio las
bordonas
Preguntándote
guitarra
¿Por qué
busco los caminos,
O es la
huella que me manda
A salir
versos al hombro
Con la querencia
en la espalda?
Se enamora del
andar
Aquel que a
la vida canta.
La diversión,
el trabajo,
La soledad de
la estancia
O la angustia
de la lluvia
Y la cosecha
en la chacra.
Caminar, me desespera
Desde las
tripas al alma.
El oficio de
contar
Lo que a
nosotros nos pasa.
Historias que
de sencillas
Que a veces
parecen nada.
El amor por un caballo
Que es pingo
en todas las canchas,
Una cocina prendida
o las viejas
alpargatas
del croto que
por las calles
de tierra de
nuestra patria
arrastrando
sus olvidos
y sus
recuerdos avanza.
Camino para
contarnos
De la
tropilla entablada
Que el patrón
nuevo mandó
A los tachos
y en la manga
Entra a
trabajar de a pie
Con ayuda de
picanas.
A quién llega
de Corrientes
De Santiago o
Catamarca
A pelearla en
la ciudad
Añorando
tardes mansas,
Donde el
trabajo escasea
Y donde la
muerte tarda.
Por eso voy
viento arriba
En alguna
tarde ingrata
Bordoneando
una milonga
En décimas
bien templadas;
Aprendí a
cuadrar el mono
Cuando el
camino me llama
y vivo para
entregarme
a la huella y
la guitarra.
Pablo Solo
Díaz, 1988.
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